Hace algunos días leí en un artículo que en internet todas las empresas son iguales, allí no se ve el tamaño, sino solamente lo que ofrecen.
Y de verdad que tal premisa parece ser cierta, pues cuando uno ingresa a cualquier página empresarial de la red, en realidad no puede darse cuenta de si se trata de una pequeña, mediana o gran compañía. Simplemente se ve lo que está allí.
Tradicionalmente una empresa que comenzaba a dominar el mercado, en cualquiera de las áreas de la economía, era prácticamente imposible de igualar y menos aún de superar, pues su buen nombre y marca les permitía tener mucho espacio y recordación entre los usuarios y clientes.
Empleaban entonces recursos como la prensa, la radio y la televisión, para expandir su imperio, a lo cual dedicaban gran cantidad de dinero en campañas de publicidad y mercadeo.
Ahora, cuando los medios tecnológicos más modernos como el internet están ganando terreno a los tradicionales y el acceso a la comunicación y la información es más amplio y generalizado, para muchas empresas es posible competir en el ciberespacio en igualdad de condiciones.
Buen uso de los recursos
En la economía tradicional, la disminución de los beneficios hacían posible la aparición de la competencia y obtener mayores ganancias significaba limitar los gastos y la capacidad de producción.
Ahora, bajo este nuevo esquema, no se necesita esperar a que una empresa tenga una caída para acceder a ese sector económico y sacar provecho, ni mucho menos sacrificar la producción para tener más utilidades. El ahorro está en saber aplicar las estrategias de la eEconomy, para aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías.
Es posible que para aquellas empresas, que solamente han basado su derrotero en los activos físicos (cada vez más pocas), todavía las reglas de juegos tradicionales les sean funcionales.
Pero para las nuevas empresas de la Economía Digital, existen otros activos intangibles como la información, la propiedad intelectual y el servicio al cliente, que no las limita, porque estos aspectos no están determinados por la capacidad de la empresa, sino por el buen uso de otros recursos.
Algo importante, es que en este nuevo concepto el rendimiento puede aumentar a medida que los costos bajan, ya que hay un ahorro en inversiones de publicidad y mercadeo, pero una mayor efectividad de las mismas.
Igualmente se puede sacar más beneficio del cliente, ya que es probable que éste observe la opción del comercio electrónico como una ventaja, por la que incluso estaría dispuesto a pagar más.
Son muchas las herramientas de internet que pueden ser empleadas por los empresarios: páginas web, tiendas virtuales, email marketing, redes sociales, que le servirán en el propósito de promocionar su compañía.
Las empresas dominantes del mercado están empezando a darse cuenta de esta dinámica, y por eso están optimizando sus modelos de comunicación y atención al cliente, a través de estos medios.
Mientras tanto el espacio sigue abierto para las medianas y pequeñas empresas, que quieren salir adelante y que tienen la visión puesta en este reciente espectro. Lo importante es saber rediseñar las estrategias, para ofrecer mejores productos o servicios a los clientes y tratando siempre de no incrementar demasiado el valor de los precios, como única medida para generar ganancias.
Hay que jugársela y ser bastante creativo para competir en este mercado globalizado.
Por Periodista Digital, Ricardo Rodríguez
Equipo Mipagina.net