Los conceptos del modelo de educación, no han sido ajenos a la influencia de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información. La aparición de las denominadas aulas virtuales es un ejemplo de esa permeabilización.
Esa nueva herramienta de la educación virtual, de la mano del nuevo enfoque de aprendizaje por competencias, se ha convertido en todo un reto para las instituciones, las universidades y obviamente los maestros, que buscan formar y trasmitir conocimientos en un proceso integral.
En América Latina está empezando a tener un importante auge esta dinámica, y aunque todavía tiene prioridad las clases presenciales, con tableros, marcadores y fotocopias, los estudiantes comienzan a mostrar interés por ambientes des-escolarizados para optar por algunas materias o cursos.
En ese proceso de la ganancia de competencias, el uso de estas nuevas tecnologías no debe ser visto como un obstáculo, sino como una oportunidad, pues el hecho de que el alumno se interese en usar un computador para su enseñanza, está garantizando la adquisición de un nuevo aprendizaje que le será útil todo el tiempo.
Quizás una de las preocupaciones más sentidas se centra en el proceso de formación como tal, es decir, en el contacto cara a cara con el maestro, que aporta en otros factores como la socialización, la disciplina, la conducta, los valores, entre otros.
A pesar de existir claras diferencias con la educación tradicional, no se puede pensar que un modelo es mejor que el otro. El uso de una plataforma tecnológica, para llevar a cabo ese proceso, no debe poner limitantes a la relación profesor- estudiante, pues entre ambos deben saber manejar las ventajas que esta ofrece para crear una enseñanza integral.
Es por eso que no se debe dejar algo tan importante a la improvisación. El curso, la materia y las clases como tal, deben ser preparadas y estructuradas, al igual que se tiene que hacer en los ambientes presenciales.
Allí es donde se da la oportunidad de crear un modelo de enseñanza y de formación, que se cree con el aporte de los propios alumnos, razón por la cual se deberá hacer este ejercicio a medida que se va llevando a cabo el proceso.
Con cada nuevo curso el profesor estará más capacitado y sabrá lo que los alumnos realmente necesitan, quieren y esperan de él.
Evaluación
Importante también es la creación de los modelos de evaluación, que en realidad midan las capacidades y competencias, para que se puedan hacer, no solo en lo concerniente a conceptos, sino también en estándares de formación humana.
La idea es poder sacarle el provecho a esas herramientas de la mejor manera posible, para no pasar de un modelo virtual a un modelo casi cibernético, que forme robots en lugar de seres humanos, que mandan contenidos y contestan preguntas de manera mecánica.
La situación para el maestro puede parecer complicada, pues éste no puede de forma real estar al tanto del desarrollo del alumno, más allá de lo que observa con el empleo de los foros, las conferencias, los exámenes y las tareas.
De ahí la importancia del buen empleo de estos elementos. El foro es una oportunidad de intercambio de opiniones, donde la discusión le puede dar elementos de juicio para calificar el desempeño de los estudiantes. Las tareas, por su parte, deben asimilarse más que a la adquisición de conceptos, a la aplicación de los mismos en la vida real y las evaluaciones se deben enfocar en el análisis y no en la repetición.
Estas son solo algunas sugerencias que pueden ser utilizadas en aulas virtuales y en educación en línea, si así se puede denominar. Lo interesante del asunto es saber que se tiene la disposición de muchas herramientas, pero lo importante es saberlas utilizar en el logro del objetivo de crear competencias.
La misión está en manos de las entidades de educación, pero ante todo en los maestros que están incursionando en este nuevo modelo, pues de ellos depende que el proceso no solo sea de transmitir conocimientos sino de educar y formar.
Por Periodista Digital, Ricardo Rodríguez
Equipo Mipagina.net