El “objeto social”, en pocas palabras, es la razón por la que dos personas están hablando la una con la otra. Los seres humanos somos animales sociales, nos gusta socializar, pero es necesario que haya una razón para que surja la comunicación en primer lugar.
Esta razón en la red social es lo que llamamos el objeto social. La idea del objeto social ha sido desarrollada por Jyri Engestrom, y muchos autores creen que podría ser el futuro del marketing.
Según la idea del objeto social, lo que tienen que tomar en consideración aquellos que quieran utilizar internet para lazar su campaña de marketing no son los retweets ni los “me gusta”, sino el objeto social; el motivo por el que la gente comparte sus contenidos.
La publicidad tradicional ya no es tan útil como antes. La era dorada de la televisión o de la impresión se ha ido. Ahora vivimos en la era de internet. Internet funciona gracias a los objetos sociales. Socializar es los que hace que internet sea posible, los objetos sociales forman parte del ADN de la web. En este contexto, si un anuncio no es ante todo un objeto social, es una pérdida de dinero.
La forma más fácil de que los productos se conviertan en un éxito en el mercado es que favorezcan la sociabilidad. Triunfan los productos y campañas que permiten a las personas tener conversaciones.
Internet es un ecosistema con sus propios y únicos marcadores sociales, los nombres que sirven de atajo social, el material que se utiliza para permitir que otras personas sepan lo antes posible fijarles un contexto.
Por ese motivo, ser un marcador social es fundamental para los vendedores, como lo serían iPhone en el mundo móvil o Starbuks en el mundo del café, porque esas marcas tienen una ventaja competitiva con respecto a las demás. Si el producto de una compañía no consigue ser un marcador social es mejor preguntarse el motivo y empezar de cero con la estrategia.
Las Redes Sociales como Facebook y Twitter son canales que conectan el “yo” en los medios de comunicación social a un egosistema. La gente tiene la oportunidad de conectarse a las personas con las cuales se siente identificadas, así como a aquellas que les inspiran. A su vez tiene la capacidad de influir en los otros y tener personas que siguen sus pensamientos y experiencias porque son significativas o útiles.
Se comparten experiencias y eventos, que hacen que la Red se mueva basada en el tema del momento. La gente se está comunicando y responde en función del contexto; se forman redes contextuales que representan los intereses, las pasiones y las relaciones temporales en línea y fuera de línea.
El mercadeo y la publicidad vienen reconociendo todas estas características y por eso ahora se atreven a colocar anuncios contextualizados que ofrecen más valor.
Las estrategias y la comunicación unilateral eran los pilares del pensamiento de la vieja escuela, ahora la creatividad es la apuesta mínima para jugar el juego de la “nueva” publicidad en internet.
Las marcas compiten por la posición en la red de publicidad y la pertinencia es ahora el pilar para ganar la atención. En los medios sociales ahora se tienen la oportunidad y también la responsabilidad de activar el tejido social, la transformación de los anuncios en objetos sociales.
Por Periodista Digital, Ricardo Rodríguez
Equipo Mipagina.net
