“El marketing da un nuevo giro. El cliente ya no elige un producto o servicio sólo por la ecuación coste-beneficio, sino por la vivencia que ofrece antes de la compra y durante su consumo. Si la comercialización y el producto o servicio brindan una experiencia agradable y que satisface sus necesidades, el éxito está asegurado”.
Este es el concepto de Bernd Schmitt, inventor del concepto marketing y branding experiencial, profesor de Marketing de la Universidad de Columbia y fundador del prestigioso Center on Global Brand Leadership.
Y esto lo que quiere decir es que al consumidor se le debe llegar de una forma directa, pero a través de sus emociones y sentimientos. Es por eso que hoy en día las empresas, especialmente las Pymes, invierten menos en campañas de mercadotecnia masivas, las cuales resultan sumamente costosas y difíciles de medir, ante un público que exige ser tratado como único.
0% invasivo
En la actualidad hay quienes siguen bombardeando al consumidor con herramientas nacidas en el marketing tradicional: están pensando ideas y medios nuevos y radicales con gran rapidez, pero sin modificar la base de las relación con el consumidor.
Pero estas estrategias tienen en común la impersonalidad del mensaje y por ello sus tácticas no generan conexión emocional, ni respeto por parte del auditorio, frente a la marca.
Estas campañas generan más desconfianza que apoyo, e incluso una imagen negativa con respecto a las acciones pensadas desde el marco Experiencial.
El marketing Experiencial es una disciplina centrada en el consumidor. Los “XMers – Consumers of XM” (consumidores de Marketing Experiencial) pretenden campañas de marketing basadas en la conversación, en la dinámica de un diálogo del uno-a-uno; no importa si eso se realiza con millones de consumidores.
Es una metodología basada en la interacción humana, que no debe invadir al consumidor sino aumentar su experiencia con la marca.
Una experiencia de marketing que no brinda un beneficio inherente al consumidor, físico, emocional, instintiva o mentalmente, no implica un Marketing Experiencial; tan sólo es más ruido molesto y publicidad indeseada.
Tradicional vs. Experiencial
La publicidad y el Marketing Tradicional se limitan a decirle algo a los consumidores en un monólogo, que pretende alcanzar a la mayor cantidad de público, sin tener en cuenta sus verdaderas necesidades, tanto racionales como emocionales.
El Marketing Experiencial busca involucrar al consumidor, atraerlo e incorporar a la marca o al producto/servicio ofrecido en una determinada situación de uso; sólo así el consumidor recordará verdaderamente y comprenderá con la mente y el corazón lo que se le está ofreciendo.
La clave de esta técnica de marketing no consiste en vender un producto al consumidor, sino en vender una emoción relacionada con el producto. Por eso muchas empresas producen eventos de lanzamiento o clausura y utiliza medios de publicidad alternativos como el marketing de guerrillas o los shows móviles.
Otras utilizan las redes sociales y los llamados influyentes, para que hablen de una marca, producto o servicio y comuniquen cosas positivas sobre éstas.
Pero ¿Por qué un cliente que experimenta una situación o emoción está más dispuesto a recordar y compartir? Porque se ha creado una experiencia tan fuerte que ha ido directamente a su mente e incluso a su alma y su corazón.
Esta vivencia ha dejado huella y algo positivo que seguramente deseará compartir; así como se comparte en redes sociales lo negativo, las experiencias buenas también son dignas de ser replicadas.
Lo bueno es que los clientes de hoy tienen muchas más herramientas para compartir con sus familiares, amigos y conocidos; ya no solo se lo comentan a sus compañeros de trabajo, familia o amigos, lo comparten en el mundo 2.0, es decir en Facebook, Twitter, YouTube y otras redes sociales.
Por eso los empresarios on line deben tener en cuenta las redes sociales, como herramientas para replicar el marketing, e incluso hacer mercadeo experiencial por este medio, a través de juegos, concursos y la participación activa del usuario.
De esta manera se puede saber qué es lo que opinan los clientes y que experiencias tienen con el negocio o empresa. Es un feedback valioso para la buena marcha, e incluso la continuidad de algunos negocios
Es importante poder crear esas vivencias para los clientes. De este modo ellos hablarán de esos negocios que supieron llegar a sus sentimientos y produjeron sensaciones positivas. Los clientes satisfechos son una fuente de recomendaciones para las empresas.
Esas recomendaciones originan a su vez nuevos clientes, por lo que hay que cuidar todos los componentes de este círculo: crear vivencias, cuidar clientes y fomentar recomendaciones.
Todos estos ingredientes, unidos a que más del 84% de las personas buscan información en Internet, y que las redes sociales les ayudan a tomar decisiones, nos demuestran que sí es necesario tener una presencia adecuada y correcta en la Web 2.0.
Por Periodista Digital, Ricardo Rodríguez
Equipo Mipagina.net